El Chaparro de la Vega es una encina centenaria de unos 400 años aproximadamente, se localiza en la Sierra Sur de Sevilla, dentro de las Sierras Subéticas y en el término municipal de Coripe.

Pertenece al  género:  Quercus, especie:  Quercus ilex, subespecie:  Quercus ilex subespecie ballota. Sinónimo de Quercus rotundifolia o Quercus ballota. Resumiendo se clasifica como: Quercus ilex subespecie ballota o Quercus rotundifolia. No es fácil determinar  con exactitud a qué especie o subespecie pertenecen las encinas, pues muchas presentan características intermedias, además influye mucho en su  aspecto  el entorno en que se encuentran (tipo de suelo, humedad, temperatura...).

Nuestra encina presenta unas excepcionales dimensiones, más de doce metros de altura, un tronco que alcanza más de un metro de diámetro, 4 metros de perímetro, un diámetro de copa de 28 metros y la proyección de su copa alcanza 578,60 m². Estas dimensiones tan enormes son consecuencia de que en su entorno inmediato no hay ningún otro árbol con el que competir por los recursos.

Desde  siempre ha presentado un buen estado de conservación, que mejoró bastante tras ser sometido por los técnicos de medio ambiente al sellado de sus orificios y "heridas", una poda de rejuvenecimiento y la retirada del cerco de piedras que rodeaban su base.

Se trata de una especie que se adapta bien a cualquier tipo de suelo, aunque tiene preferencia por los suelos básicos, evitando las zonas encharcadas. Es muy resistente a los cambios de temperatura entre el día y la noche. Soporta bien las altas temperaturas y necesita de épocas frías para evitar las plagas. Su fruto es la bellota, que madura entre Octubre y Noviembre. Una encina empieza a dar frutos a partir de los 15 o 20 años de vida.

Declarado monumento natural en el año 2001, mediante Decreto 226/2001 de 2 de Octubre. La figura de Monumento Natural es una categoría de Espacio Natural Protegido que se concede entre otros a espacios o elementos de la naturaleza de notoria singularidad y gran valor ecológico que merecen ser objeto de una protección especial, como es nuestro caso.

La declaración de estos espacios como Monumentos Naturales contribuye a la conservación del patrimonio natural de Andalucía y supone un reconocimiento a la singularidad y los valores ambientales de unos elementos de nuestro medio ambiente, a cuya conservación han contribuido de manera ejemplar los habitantes de los municipios en los que se encuentran ubicado.

Otro aspecto destacable es el interés cultural asociado a él. Junto al Chaparro de la Vega se celebra la Romería de la Virgen de Fátima a mediados del mes Mayo, y numerosas celebraciones de particulares que lo consideran como suyo propio y al que tienen un gran respeto y cuidado.

Otro dato curioso es que la encina tiene el record de dar cobijo bajo sus ramas a los habitantes de nuestro pueblo junto con vecinos de pueblos de los alrededores, unas 2.000 personas aproximadamente.

En el año 2023, El Ayuntamiento de Coripe presentó el Chaparro de la Vega al concurso a Árbol del Año 2024 en España, organizado por la ONG Bosques sin Fronteras.

Tras varias semanas de votaciones, el Chaparro de la Vega fue galardonado por el premio a Árbol del Año 2024.

Gracias a este reconocimiento, el Chaparro representó a España en el certamen Europeo para elegir al Árbol del Año 2024, organizado por Tree of Year, quedando en una muy buena 6ª posición.

Estado, características y anomalías por elementos

Sistema radical

En el sistema radical, no se observan raíces descubiertas. Teniendo en cuenta la compactación del terreno y su posible incidencia sobre el desarrollo de las raíces se lleva a cabo una tomografía de raíces, con el objetivo de evaluar el estado y distribución de las mismas de manera precisa (los resultados se muestran en el apartado 5.1.)

Tronco

El tronco cuenta con una ligera inclinación de 20º hacia el noreste, compensada adecuadamente por el ejemplar. Destacan especialmente los siguientes aspectos:

Herida en posición noreste (NE) a 1,50 m de altura desde la base. Se trata de una antigua herida sobre la que se detecta la presencia de cemento en el interior de la misma.

Sellar las heridas con cemento es una práctica que se empleaba antiguamente con asiduidad sobre el arbolado, cuyo objetivo era contribuir a la cicatrización, sin embargo, causa el efecto contrario:

• Añade un peso extra que no participa en el crecimiento y desarrollo de la estructura natural del árbol.
• Dificulta el trabajo de compensación y cicatrización del árbol.
• Se generan espacios y huecos donde se puede acumular el agua, la proliferación de hongos y aumentar la pudrición de la madera.

En este caso, con el paso del tiempo el árbol ha podido sobreponerse a la presencia del cemento y ha desarrollado una buena pared residual alrededor de la herida. Además, el árbol continúa trabajando en la compensación de dicha herida (buena capacidad de respuesta ante impactos).

Potentes cordones cambiales y muestra de crecimientos recientes en el tronco, indicativo de que el árbol mantiene vigor.

Cruz

En la cruz, la principal característica es su estructura en forma de vaso (derivado de podas antiguas).

La convergencia de los cimales en un mismo punto puede generar grandes tensiones y esfuerzos en la cruz. El examen visual en altura pone de manifiesto los siguientes aspectos:

• La herida derivada de la pérdida de un antiguo cimal presenta buenas paredes residuales, resultado de una buena compensación. Sin embargo, se ha detectado la presencia de espuma en el interior de la misma, probablemente utilizada antiguamente para rellenar la oquedad existente. La espuma dificulta la aireación de la madera y favorece la acumulación de humedad, lo que puede generar problemas asociados a la pudrición (proliferación de hongos).

• No se detectan indicios o muestras de que puedan existir problemas estructurales a nivel interno en la base de los cimales y la cruz, comprobando que el chaparro ha desarrollado potentes refuerzos en ramas, cimales y buenas compensaciones en antiguas heridas (paredes residuales rodeando las mismas).

Ramas y brazos secundarios

En cuanto a ramas y brazos secundarios se han observado las siguientes características y aspectos a resaltar:

• Numerosas heridas antiguas de poda sobre las que se observa la presencia de espuma en su interior. Como se ha comentado anteriormente dificulta la cicatrización por parte del árbol.
• En las heridas de podas más recientes se detecta la presencia de una capa de pasta cicatrizante (mastic). El uso de este tipo de pastas debería limitarse en el futuro ya que recientemente se ha demostrado que puede ser contraproducente en el proceso de cicatrización del árbol.
• Muestras de afección por cerambícidos xilófagos, observándose numerosos orificios en la sección de las heridas de poda.

Follaje y fructificación

A nivel del follaje y fructificación destaca:

• Existencia de nuevos brotes de gran desarrollo, muestra de vitalidad.
• Fructificación de bellotas nula. Además, tal como informan los lugareños, el Chaparro lleva años sin producir fructificación de bellotas. En este sentido, se trata de un indicativo de que el árbol mantiene vitalidad y vigor, pero no goza de las condiciones idóneas para poder desarrollarse en su máximo esplendor y generar una fructificación adecuada. El árbol utiliza todos los recursos disponibles en su desarrollo y supervivencia, en caso de no disponer de recursos suficientes limita algunas funciones como puede ser la fructificación que exige altas demandas energéticas.

Tomografías

Debajo de la cruz

La madera en peor estado se focaliza en la zona central del tronco (tonos rojizos), mientras que en la parte externa mantiene un excelente estado de la madera (tonos verdes, es la zona correspondiente a la albura que es la encargada de proporcionar estabilidad).

La presencia de peor estado de la madera en la zona central (duramen) es resultado de las podas realizadas en el pasado, por donde se ha generado una entrada para el ataque de microorganismos que han ido poco a poco afectando a la madera. Dicho resultado indica que la pudrición ha penetrado desde la cruz hacia la zona interna del tronco, pero el árbol ha realizado una excelente compartimentación para evitar que la pudrición se propague por la albura (zona externa).

En la base

El peor estado de la madera se localiza en la zona central y el sector noroeste (NW) (tonos rojizos), sin embargo, el árbol mantiene un buen estado de la madera en la mayor parte de la albura (parte que proporciona estabilidad). Además, se observa un peor estado de la madera en las zonas deprimidas del tronco, mientras el árbol mantiene un excelente estado de la madera sobre los potentes cordones cambiales que otorgan estabilidad al árbol (resultado propio de árboles maduros).

El mayor porcentaje de pérdida de fuerza se localiza hacia el sureste (22%) debido a que la pudrición penetro en el tronco por el sector contrario, sin embargo, no es un valor significativo ya que los vientos del noroeste son débiles.

En las raíces

El análisis de los resultados obtenidos y las anotaciones realizadas durante la ejecución permite caracterizar el sistema radical superficial y extraer las siguientes conclusiones:

Distribución equilibrada y regular de raíces en prácticamente todas las orientaciones. Únicamente en el sector oeste (W) se observa una extensión ligeramente superior al resto de posiciones.

Escasa longitud de las raíces. La mayoría de raíces detectadas se encuentran limitadas a los 5 – 6 metros, siendo 7 metros la máxima longitud alcanzada (posición oeste).

Teniendo en cuenta que se trata de un árbol de gran tamaño y longevidad, los valores en cuanto a longitud son pequeños (el tomógrafo detecta las raíces superficiales, dicho resultado indica un escaso desarrollo de las raíces superficiales).

Elevada compactación del suelo. Durante las mediciones realizadas, la pértiga apenas podía profundizar en el terreno debido a la gran compactación del mismo.

La compactación del terreno es generalizada, la profundidad alcanzada por la pértiga se situaba en torno a los 2 - 5 cm (máximo 10 cm y de manera muy puntual), sin embargo, se ha observado una mayor compactación en las siguientes zonas:

• Zona este (E). A partir de 4 metros la pértiga solo podía alcanzar una profundidad de 2 cm, coincidiendo con el sector en el que las raíces se muestran en peor estado (predominancia de tonalidades rojas).
• Zona sur (S). Situación similar al caso anterior, la pértiga apenas profundizaba 2 cm a partir de los 4 m, punto en el que las conexiones con el sistema radicular se reducen notablemente hasta desaparecer totalmente a los 6 m.

La compactación en el terreno dificulta el desarrollo del sistema radical y puede afectar significativamente sobre la vitalidad del árbol:

• Menor oxigenación de las raíces.
• Menor infiltración del agua en profundidad.

Conclusiones y actuaciones

Según se ha podido comprobar a lo largo del presente informe, se trata de un ejemplar de encina singular de gran valor ecológico y cultural. Es un árbol maduro sobre el que se estiman unos 300 años de edad, y que mantiene una vitalidad y vigor adecuados. Sin embargo, también se han detectado algunas problemáticas que deben abordarse con el objetivo de proporcionar un contexto adecuado para que el Chaparro pueda conservarse en las mejores condiciones y durante el mayor tiempo posible.

Tras el estudio y análisis realizado, se han identificado una serie de carencias y problemáticas que deben tenerse en cuenta para mejorar el estado de conservación del individuo:

Principales problemáticas

• Compactación muy elevada del terreno sobre el espacio de plantación, afectando al adecuado desarrollo del sistema radical (menor oxigenación y menor infiltración de agua en profundidad).
• Afección de cerambícidos.

Otras carencias detectadas

• Presencia de espuma en antigua herida en cruz y sobre heridas de poda.
• Copa más abierta en posición oeste (W), peor posición aerodinámica.